La quiche Lorraine es una deliciosa y versátil opción para cualquier comida del día. Con esta receta fácil y sencilla, acompañada de consejos y trucos útiles, incluso los cocineros principiantes podrán preparar y disfrutar de esta exquisita tarta salada. ¡Bon appétit!
En un bol grande, mezcla la harina y la sal. Agrega la mantequilla fría y trabaja la mezcla con los dedos hasta obtener una textura arenosa.
Bate ligeramente el huevo con 2 cucharadas de agua fría e incorpóralo a la mezcla de harina y mantequilla.
Amasa suavemente hasta formar una bola de masa. Si está demasiado seca, agrega una cucharada adicional de agua fría.
Envuelve la masa en film plástico y refrigera durante 30 minutos.
Paso 2: Preparar el relleno
En una sartén grande, cocina la panceta a fuego medio hasta que esté dorada y crujiente. Retira del fuego y coloca sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
En la misma sartén, cocina la cebolla picada a fuego medio hasta que esté suave y dorada. Reserva.
Paso 3: Montar y hornear la quiche
Precalienta el horno a 180 °C (350 °F).
Estira la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta obtener un grosor de unos 3-4 mm. Forra un molde para tarta de 23 cm de diámetro con la masa, presionando suavemente contra los bordes y recortando el exceso.
Pincha el fondo de la masa con un tenedor y hornea durante 10-15 minutos, hasta que esté ligeramente dorada.
En un bol, bate los huevos con la crema de leche. Añade sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Incorpora el queso gruyère rallado.
Distribuye uniformemente la panceta y la cebolla sobre la masa precocida. Vierte la mezcla de huevo y crema sobre el relleno, asegurándote de que esté bien distribuida.
Hornea la quiche durante 35-40 minutos, o hasta que el relleno esté firme y ligeramente dorado en la superficie. Deja enfriar durante 10 minutos antes de servir.
Notas
CONSERVACIÓN: Para conservar la quiche Lorraine, envuélvela bien en film plástico y refrigérala hasta por 3 días, recalentándola en el horno antes de servir.