Ceto Muffins de Arándanos

Si estás buscando una receta de postre que se ajuste a tu plan de alimentación bajo en carbohidratos, estás en el lugar correcto. Hoy, compartiré contigo una receta de muffins de arándanos cetogénicos que son fáciles de hacer y que no te harán sentir culpable después de comerlos.

A diferencia de los muffins tradicionales que están cargados de azúcar y carbohidratos, estos muffins de arándanos ceto están hechos con ingredientes saludables y compatibles con la dieta cetogénica. No te preocupes, aunque estos muffins son bajos en carbohidratos, no sacrificarás el sabor o la textura esponjosa de un muffin clásico.

Yo la uso para quitarme el antojo de postre sin sacrificar la dieta cetogénica, ¿Te cuento cómo hacer estos deliciosos muffins de arándanos ceto?

Ceto Muffins de arándanos

Ceto Muffins de arándanos

a9eb88ab84f16f41a7ea2d8a37cc10b9?s=30&d=mm&r=gLidia Zafra
3 votos de 5 estrellas
Prep Time 10 minutes
Cook Time 15 minutes
Course Postre, Tentempié
Cuisine Cetogénica
Servings 8 Muffins

Equipamiento

  • Batidora
  • horno

Ingredients
  

  • 100 gr harina de almendras
  • 40 gr eritritol
  • 2,5 gr esencia de vainilla
  • 1 huevo
  • 20 gr aceite de coco

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¿Que son los muffins?

Los muffins son un tipo de panecillo o bizcocho pequeño que generalmente se hornea en moldes individuales. Se parecen a los cupcakes, pero suelen ser menos dulces y tienen una textura más densa y húmeda. Pueden ser salados o dulces y se pueden hacer con una gran variedad de ingredientes, como frutas, nueces, chocolate, especias, etc.

Se han convertido en un alimento popular para el desayuno o la merienda, y son fáciles de llevar y comer en cualquier sitio.

¿Cómo conservar los ceto muffins de arándanos?

Para conservarlos, primero debes asegurarte de que estén completamente fríos. Después, colócalos en un recipiente hermético o una bolsa ziploc y guárdalos en el frigorífico. Se mantendrán «frescos «comestibles» durante unos 3-4 días.

Yo lo que hago para que me duren más tiempo es congelarlos. Si quieres probarlo, colócalos en una bandeja para hornear y congélalos durante una hora. Luego, transfiérelos a una bolsa para congelar o un recipiente hermético y vuelve a colocarlos en el congelador. Así a mí me aguantan unos 2-3 meses.

Cuando quieras comerlos, simplemente sácalos del frigorífico o del congelador y déjalos a temperatura ambiente durante unos minutos para que se descongelen. Un consejo es que los calientes en el microondas durante unos segundos o en el horno a baja temperatura para recuperar su textura y sabor fresco.

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